Kenia.-
No muy lejos de la ciudad de
Loitokitok, en una ventosa sabana guardada por el monte Kilimanjaro, Nice
cuenta su primera rebelión contra esta costumbre ancestral: tenía solo ocho
años, era huérfana y huía por la noche de casa de sus tíos para esconderse bajo
una gran acacia, esperando que el amanecer y la animación por la ceremonia
lograran que no se notara su ausencia en el recuento de las chicas para cortar.
Así se libró dos veces del emuatare, victoriosa al convencer a la familia para
que la mantuviese intacta y la dejara estudiar, hasta licenciarse en asistencia
sanitaria.
Su gente lo llama emuatare:
es un obligado y despiadado rito de paso que transforma a las niñas, con un
corte y un dolor indeleble, en mujeres adultas. Con solo 25 años, Nice Nailantei
Leng’ete es ya una veterana en la guerra contra la mutilación genital femenina
que somete a las mujeres de su pueblo, los masai del sur de Kenia.
Hoy, desde su aldea rural de
Nomayianat, Nice Nailantei Leng’ete se ha convertido en embajadora mundial de
un África en femenino que dice “basta” a la mutilación genital, a los
matrimonios precoces, a la exclusión de las niñas de los estudios y de las
mujeres de la vida económica. Un círculo vicioso del subdesarrollo, en el que
el ritual del “corte” es un engranaje hipócrita.
Lo primero que hizo Nice,
comprometida con AMREF, la principal organización sanitaria sin ánimo de lucro
de África, fue enfrentarse a los ancianos: son ellos los que gobiernan esta
sociedad pastoril y seminómada, impermeable a lo moderno por miedo a perder su
identidad.“Yo era la única chica de la aldea que sabía leer y escribir: me
eligieron como educadora a la par”, explica.
Cambiando
paradigmas
“La primera vez me tomaron
por loca”, recuerda entre risas. “Nunca se había visto que una chica se
atreviera a criticar una costumbre tan antigua como el mundo”. Ella no tenía
prisa y, después de un año de reuniones y sonrisas, los ancianos se
convencieron de que el emuatare, al condenar a las mujeres a hemorragias,
infecciones y complicaciones en el parto, perjudica a toda la comunidad. Y de
esta forma Nice ha contribuido a salvar a más de 10.000 niñas.
Las repercusiones
internacionales no tardaron: la joven dulce y tozuda habló de su misión en la
Clinton Global Inciative en Nueva York y en el Mandela Washington Fellowship,
un encuentro de jóvenes líderes africanos invitados el pasado verano a Estados
Unidos por Barack Obama.
Algunas
cifras
- · 200 millones de mujeres en todo el mundo son víctimas de la mutilación genital
- · La práctica resiste en 30 países, 27 de ellos en África
- · En Kenia, el 21% de la población femenina sufrió la mutilación genital en 2015
- · Desde el año 2003, según la última encuesta demográfica y sanitaria del Gobierno, se redujo un 22% en el ámbito nacional, y el Fondo de Población de Naciones Unidas prevé una nueva disminución del 40% para 2020.
Para evitar a las niñas un
dolor injusto, se ha inventado un “rito de paso” alternativo, que respete las
costumbres limpiándolas de sangre. “La ceremonia es idéntica a la tradicional”
dice la joven, “con bailes y sacrificios de cabras, pero no hay mutilación. Los
ancianos bendicen los libros para animar a las niñas a estudiar y, antes de la
fiesta, estas siguen un curso de educación sanitaria y sobre los derechos de la
mujer. Mi gente está aprendiendo que la auténtica transición a la edad adulta
es la educación”.
Agencia de Noticias Niara
El País de España
Fotos: Cortesía
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