domingo, 25 de septiembre de 2016

“No hay cabello bueno ni cabello malo, lo que hay es cabello mal peinado”


Ereilis Navarro. Foto: Cortesía
Pereira.-

Ereilis Navarro Cáceres, docente y escritora del libro “Origen y Resistencia de los Peinados Afrodescendientes como Estrategia Pedagógica”, afirma que “No hay cabello bueno ni cabello malo, lo que hay es cabello mal peinado”, una afirmación que expresa el poder de la estética con consciencia, en la población afrodescendiente.

En el texto referido, hay un componente histórico de los peinados afrocolombianos, pues el trenzado que las mujeres lucían en la época de la esclavización además de demostrar sus destrezas artísticas, “trazaban rutas de escapes, posición de guardias, ubicación de haciendas, lugares de almacenamiento y de armas”. Es decir, los peinados fueron una herramienta de resistencia y una estrategia para garantizar la libertad de los esclavizados.

El aporte de las mujeres en la lucha libertaria, fue fundamental por ser difusoras de valores culturales, religiosos y estéticos africanos. Además, gracias a los peinados que realizaban que pasaron de generación en generación hasta nuestra época, se convirtieron en “parte del embellecimiento y la estética de estas mujeres y han llegado al punto de servirles de sostenimiento porque poco a poco fueron introducidos a otras culturas, manteniendo vivo el hilo mágico de nuestra cultura africana”.

Historia de algunos peinados


Ereilis, en el libro hace un extenso viaje por la historia y significación de los peinados. A continuación, algunos de ellos:

Las carreítas: Secuencia del hombre y mujer africana que mostraba las rutas a seguir de manera interna logrando el objetivo de encontrarse todos más adelante.

El Hundihíto: Semejaba las montañas sin precisar demasiado los caminos; lo que orientaba puntos estratégicos para esconderse detrás de ellas.  Durante la década de los 50, este peinado  servía como escondite de objetos caseros, laborales y personales.



El Afro: Era un peinado característico para fiestas y celebraciones. Especialmente para los hombres era sinónimo de grandeza, imposición y mando por tener el afro más grande y bien configurado”. En la época del cimarronismo, el afro indicaba dónde esconderse detrás de los montes de María.






Trenzas Libres: Utilizado sobre todo después de la abolición de la esclavitud en mayo de 1851.





Peinados para el mal de ojo: “Especialmente para las niñas de 0 a 5 años, no era permitido abrirle un camino en la parte central ya que posiblemente podían enfermar. A este peinado por lo general, madres y abuelas le introducción un pedacito de carbón a manera de seguranza y era adornado con cintas rojas”.

En términos generales el libro muestra que existen peinados para velorios, fiestas o manifestaciones de amor. El conocimiento de la historia que no ha sido contada, permitirá que las generaciones presentes y futuras, se sientan orgullosas de sus raíces y ancestralidad.

Ayda Luisa Córdoba Mosquera
Agencia de Noticias Niara
Fotos: Cortesía

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