Ereilis Navarro. Foto: Cortesía |
Pereira.-
Ereilis Navarro Cáceres,
docente y escritora del libro “Origen y Resistencia de los Peinados
Afrodescendientes como Estrategia Pedagógica”, afirma que “No hay cabello bueno
ni cabello malo, lo que hay es cabello mal peinado”, una afirmación que expresa
el poder de la estética con consciencia, en la población afrodescendiente.
En el texto referido, hay un
componente histórico de los peinados afrocolombianos, pues el trenzado que las
mujeres lucían en la época de la esclavización además de demostrar sus
destrezas artísticas, “trazaban rutas de escapes, posición de guardias,
ubicación de haciendas, lugares de almacenamiento y de armas”. Es decir, los
peinados fueron una herramienta de resistencia y una estrategia para garantizar
la libertad de los esclavizados.
El aporte de las mujeres en
la lucha libertaria, fue fundamental por ser difusoras de valores culturales,
religiosos y estéticos africanos. Además, gracias a los peinados que realizaban
que pasaron de generación en generación hasta nuestra época, se convirtieron en
“parte del embellecimiento y la estética de estas mujeres y han llegado al
punto de servirles de sostenimiento porque poco a poco fueron introducidos a
otras culturas, manteniendo vivo el hilo mágico de nuestra cultura africana”.
Historia
de algunos peinados
Ereilis, en el libro hace un
extenso viaje por la historia y significación de los peinados. A continuación,
algunos de ellos:
Las
carreítas: Secuencia del hombre y mujer africana que mostraba las
rutas a seguir de manera interna logrando el objetivo de encontrarse todos más
adelante.
El
Hundihíto: Semejaba las montañas sin precisar demasiado los
caminos; lo que orientaba puntos estratégicos para esconderse detrás de
ellas. Durante la década de los 50, este
peinado servía como escondite de objetos
caseros, laborales y personales.
El
Afro:
Era un peinado característico para fiestas y celebraciones. Especialmente para
los hombres era sinónimo de grandeza, imposición y mando por tener el afro más
grande y bien configurado”. En la época del cimarronismo, el afro indicaba
dónde esconderse detrás de los montes de María.
Trenzas
Libres: Utilizado sobre todo después de la abolición de la
esclavitud en mayo de 1851.
Peinados
para el mal de ojo: “Especialmente para las niñas de 0 a 5
años, no era permitido abrirle un camino en la parte central ya que
posiblemente podían enfermar. A este peinado por lo general, madres y abuelas
le introducción un pedacito de carbón a manera de seguranza y era adornado con
cintas rojas”.
En términos generales el
libro muestra que existen peinados para velorios, fiestas o manifestaciones de
amor. El conocimiento de la historia que no ha sido contada, permitirá que las
generaciones presentes y futuras, se sientan orgullosas de sus raíces y
ancestralidad.
Ayda Luisa Córdoba Mosquera
Agencia de Noticias Niara
Fotos: Cortesía
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