Cartago.-
Los medios de comunicación
colombianos frente al proceso de paz, especialmente de cara al plebiscito, han
disfrazado el sesgo de sus líneas editoriales con un democrático equilibrio
informativo que ha aportado a la polarización de opiniones entre quienes están
o favor o en contra de los acuerdos pactados en la Habana.
Los noticieros de televisión,
radio, prensa y digitales, de alguna manera están in- formando a los ciudadanos,
es decir, los están privando de la formación o pedagogía que le permita
construir un voto consciente.
Adquirir la sabiduría frente
a este ejercicio democrático, se dificulta toda vez que el debate argumentativo
por el Sí o por el No, se realiza en el escenario de los medios, teniendo como
protagonistas a dirigentes políticos que miden fuerzas e indudablemente están
aceitando sus maquinarias, convirtiendo esto que debe ser una iniciativa con
participación y liderazgo de la ciudadanía, en un proscenio de confrontación
política, afectando el real conocimiento del contenido.
El cese al fuego bilateral
parece que no trascendió al debate cotidiano pues desafortunadamente, los
colombianos están cayendo en caracterizaciones peligrosas, nacidas incluso de
la manera de expresarse, por los memes que comparte en sus redes sociales, por
lo que está de acuerdo o en desacuerdo, definiendo a las personas entre
Uribistas y Santistas, desconociendo que las decisiones del electorado
trascienden a los personajes e instituciones.
El semiólogo Armando Silva, indicó que esta
polarización en la que consciente están cayendo sobre todo los grandes medios
en la búsqueda del rating y un sector de la población colombiana, puede generar
un proceso colectivo de histeria en la que medida en que “todos seguimos en
guerra. Pareciera que la guerra de los fusiles se desplazó a las palabras”. El experto
propone que los medios maticen sus contenidos, profundicen en los temas y
argumenten sus informaciones.
¿Qué
hacer?
Cambiar de emisora, de
canal, no prender el televisor parecieran alternativas irrisorias pero resultan
ser un ejercicio de las libertades de la
audiencia. El qué hacer es similar a una invitación a cenar solo que estando
frente a un medio de comunicación, debe preguntarse ¿Dónde me formo mejor? ¿Cuál
ofrece los datos más equilibrados para construir la reflexión propia? Tanto en
un proceso tan sencillo como el descrito, como en el complejo del Sí o No, el
electorado debe asumir su responsabilidad y hacer efectivo su derecho.
Ayda Luisa Córdoba Mosquera
Agencia de Noticias Niara
Fotos: Cortesía
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