jueves, 15 de septiembre de 2016

“El Primer paso para rehabilitar un adicto es su deseo de cambiar”


Acandí.-

Muchas han sido las voces de rechazo frente a la decisión, por demás inconsulta, de la alcaldía de Bogotá de trasladar cerca de 600 habitantes de calle a fincas ubicadas en los departamentos del Chocó y Vichada, con el argumento de ejecutar un tratamiento terapéutico que les ayuda a rehabilitarse de su adicción a las drogas.

Es apropiado en aras de tener un contexto más amplio de esta problemática, abundar en dos aspectos tan fundamentales que no han sido tenidos en cuenta. El humano y el tratamiento integral. Para ello, se consultó a Hilda Inés Córdoba, Gerente del Centro Terapéutico Crece y especialista en Farmacodepencia.


Lic. Hilda Inés Córdoba
La profesional explicó que “el primer paso para rehabilitar un adicto es su deseo de cambiar. Mientras no se cumpla esta condición, cualquier tratamiento o estrategia, sea esta llevar al adicto a una finca para ser intervenido con terapia ocupacional, será infructuoso”.

Aunque el vocero de la alcaldía capitalina indicó que se llevará a efecto un tratamiento terapéutico, no se ha especificado puntualmente cuál será. Sobre el particular, Córdoba aclaró que se requiere el diseño de un plan de tratamiento enfocado a las necesidades puntuales de los habitantes de calle; la ruta debe responder interrogantes como ¿Cuánto tiempo van a estar las personas allí? ¿Qué actividades van a realizar con ellos? ¿Cuál es el plan una vez terminen su proceso?

Desafortunadamente la falta de planeación por parte del distrito lo llevó a improvisar en una situación que requiere el mayor tacto, respeto  hacia la condición de estos seres humanos y más aún, de un abordaje integral y técnico puesto que el problema de la adicción es mucho más complejo de lo que como ciudadanos se conoce.


Alta complejidad

La entrevistada, describió que sin un plan de tratamiento no podrán establecerse los patrones de consumo de los habitantes focalizados, quienes sumado al problema de adicción pueden presentar deficiencias médicas pues es posible padezcan enfermedades en órganos vitales como el riñón; también podrían sufrir problemas siquiátricos como bipolaridad o esquizofrenia que con el consumo se disparan. De igual forma, manifestar desórdenes comportamentales derivados de la desestructuración a la que los llevó su vida en la calle, un medio tan hostil que les inhibe aspectos como la autodisciplina o autoregulación. A todo este panorama se le suman las dificultades pedagógicas porque los habitantes de calle llevan mucho tiempo sin realizar una actividad productiva que los pone en desventaja frente al resto de la sociedad.

Este listado de situaciones, más que un rosario de problemáticas, es una argumentación más para los Gobiernos departamental y municipal, para los líderes comunitarios  y población en general, que han expresado su descontento por la implicaciones que este movimiento conlleva desde lo social y económico, para un municipio de sexta categoría como Acandí, con retos tan exigentes en materia de turismo como motor de su economía.

Ayda Luisa Córdoba Mosquera
Agencia de Noticias Niara
Fotos: ANN, Cortesía


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